lunes, 5 de septiembre de 2011

El Asesinato... De un Guerrero Musical.

Cuando muere un artista llámese pintor, escritor, cantautor, etc… la mayoría de la gente corre a informarse de su vida y su trayectoria. Escuché la noticia porque mis papás hablaron de ella aunque después reconocieron no ser seguidores asiduos de él, y porque mi abuela nombro al cantante pero yo no tenía conocimiento de él; de pronto si hubiera sido acerca de Ricardo Arjona, Juanes, Ricardo Montaner, o el brasilero que le agrada a mi mamá y que a mi me gusta una canción “el gato en la oscuridad”; podría decir que SIIII que era lamentable su fallecimiento pero bueno tuve que recurrir a leer primero quien era y escuchar luego sus canciones para así poder escribir algo sobre él. Me gustó una frase que dijo en cierta entrevista que leí sobre él: "Amo tanto la vida porque me costó tanto gozarla... me costó mucho sentir que era protagonista y no una basura". 

El cantautor argentino Facundo Cabral murió el sábado 9 de julio de 2011 en un atentado perpetrado por pistoleros desconocidos cuando se trasladaba hacia el aeropuerto para abandonar Guatemala, en donde había ofrecido varios conciertos la última semana de su vida. El atentado, que las autoridades atribuyeron al crimen organizado, provocó una ola de indignación y repudio internacional y obligó al presidente Álvaro Colom a comprometerse con su colega argentina Cristina Fernández a esclarecer los hechos. "Los indicios apuntarían que el ataque estuvo dirigido al señor Fariñas, pero esto lo va a determinar la investigación", dijeron las autoridades. 
Se limitaron a informar que Fariñas contrató a Cabral para presentarse en Nicaragua y aparentemente también en Guatemala; también que el nicaragüense llegó la noche del domingo hasta el hotel donde se hospedaba el artista para ofrecerse a llevarlo él mismo al aeropuerto y no tomara el transporte que ofrece el hotel. El cuerpo del músico argentino, vestido con pantalones vaqueros, una chaqueta de piel y una pequeña maleta en sus manos, quedó en el asiento del copiloto en la estación de bomberos conocida como El Trébol, a un par de kilómetros del aeropuerto internacional La Aurora, en la capital. El asesinato desató reacciones de indignación a todo nivel. Las redes sociales se llenaron de mensajes de repudio, las fotos de cientos de perfiles fueron sustituidas por listones negros o por imágenes del trovador y se podían leer cientos de mensajes en Facebook y Twitter condenando lo ocurrido y repitiendo algunas de las frases inmortalizadas por el artista.

A mi parecer después de escuchar y leer sobre el artista tan solo tengo que decir que me gustó mucho su frase y que disfrutó la vida como le vino tal cual, la aceptó y que por medio de su musuca logró sensibilizar a toda una generación de jóvenes que hoy por hoy son adultos o tal vez ya están ancianos pero que disfrutaron al máximo su toque especial de música.

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